Publicado el 10 de diciembre de 2024
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Publicado el 10 de diciembre de 2024
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La idea de subcontratar desde Estados Unidos no es nada nuevo.
Ya se trate de la fabricación de automóviles en China o de la tecnología en la India, Estados Unidos no es ajeno a la colaboración con algunos de los mayores mercados del mundo. Y ahora, muchos ejecutivos están desplazando su punto de mira de los rincones más lejanos del planeta a sus vecinos del sur.
La subcontratación en México conlleva una serie de ventajas. Su proximidad significa una gestión más sencilla de la cadena de suministro y reuniones en persona más frecuentes. El ahorro de costes permite destinar los gastos a otras facetas del negocio. La afinidad cultural crea el potencial para unas relaciones comerciales más significativas y duraderas. Pero aunque todo esto suene muy bien, es importante tener cuidado con las diferencias culturales que a veces pueden crear disonancias entre ambas partes.
Cuando se habla de negocios, a los estadounidenses les gusta ir al grano. El tiempo es oro, y se nos está acabando. Así que hay poco tiempo para sutilezas. Pero no es así como se hacen las cosas en México. Al sur de la frontera, se da mucho valor al aspecto personal de las interacciones comerciales. Esto no sólo significa que la cortesía se antepone a la eficacia, sino también que existe la expectativa de que se establezcan relaciones genuinas antes de llegar a acuerdos serios.
Cuando es necesario, un hombre de negocios estadounidense puede dar una respuesta directa sin pensárselo dos veces. Sin embargo, desde una perspectiva mexicana, esto puede interpretarse como una brusquedad o una falta de respeto. Por lo tanto, cuando se comunican críticas o se abordan temas delicados, los profesionales mexicanos optan por un lenguaje más suave para evitar confrontaciones o situaciones embarazosas.
En Estados Unidos no se juega con los plazos. Cualquier retraso puede verse como una falta de compromiso o eficacia. En cambio, en México suele haber una mayor tolerancia a la flexibilidad, y a veces las relaciones tienen prioridad sobre los calendarios estrictos. Pero eso no quiere decir que se esté "perdiendo el tiempo". Piénsalo como la diferencia entre pedir un café solo y pedir un capuchino con leche de avena extra caliente. Es cierto que el capuchino tarda más en servirse, pero la calidad del producto final y la experiencia global justifican el tiempo invertido.
Entonces, ¿cómo evitar la desalineación y aumentar el entendimiento mutuo entre las empresas estadounidenses y mexicanas?
Comuníquese. Comunicar. Comuníquese.
Desde el principio, establezca prioridades y plazos. Porque aunque no siempre se cumplan las etapas de este calendario, así al menos te aseguras de que todo el mundo está de acuerdo con los objetivos del proyecto. Y si sus plazos son especialmente urgentes, considere la posibilidad de apuntar a una fecha anterior para crear un margen que permita posibles retrasos.
Es importante mantener a todo el mundo al corriente de cómo va el proyecto. Por eso, intenta que los colegas estadounidenses y mexicanos se reúnan con regularidad. Cuanto más a menudo lo hagan, más entenderán los matices de cada uno y la cooperación será más fácil. Al mantener un diálogo abierto, todo el mundo entiende claramente el estado de los proyectos en curso, y cualquiera de las partes tiene una plataforma para sugerir cambios o expresar sus preocupaciones si lo necesita.
No toda la comunicación tiene que estar rígidamente planificada. Así que, en lugar de limitarse a programar momentos para que la gente se entienda mejor, intente también fomentar un entorno en el que los compañeros se sientan cómodos aprendiendo de forma natural sobre las diferencias culturales de los demás. Para ello, se puede recurrir a una conversación más informal o celebrar las reuniones en un lugar menos formal. También puede dar un paso atrás como colega veterano y permitir que sus colegas más jóvenes hablen entre ellos. Lo ideal es que hablen entre ellos de temas no relacionados con el trabajo, como deportes, viajes o familia. De este modo, sus relaciones se estrechan y la confianza se construye cada vez más con el tiempo.
Mediante la exploración de conceptos empresariales clave y cuestiones prácticas del día a día, esta formación está diseñada para ayudar a los empleados que trabajan en México a todos los niveles a comprender los factores impulsores y las expectativas de sus homólogos en México.
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