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Ética y cultura global

Por Taylia

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Global Business Culture trabaja con un gran número de grandes empresasmundiales y, a medida que éstas participan cada vez más en actividades empresariales fuera de sus bases en Norteamérica y Europa Occidental, parecen plantearse preguntas cada vez más difíciles sobre la diferencia entre sensibilidad cultural y corrección ética. Supongo que la cuestión se reduce a algo muy sencillo: ¿debemos regirnos siempre por las normas del país en el que operamos o debemos aplicar siempre las normas que funcionan en nuestro país de origen? Las personas culturalmente comprensivas, así como las que anteponen el imperativo comercial a todo lo demás, tienden a argumentar que "cuando estés en Roma, haz como los romanos". Pero, ¿es realmente tan sencillo? ¿Deben primar siempre las normas locales sobre las creencias del país de origen?

Uno de mis clientes norteamericanos colocó a una empleada como jefa de proyecto en un proyecto con un cliente asiático. Recibieron un correo electrónico del cliente asiático diciendo que preferían a un hombre como jefe de proyecto. ¿Qué debe hacer la empresa norteamericana? ¿Debería acceder a las demandas del cliente, aunque eso contradijera tanto la legislación de su propio país como su firme política empresarial de ser un empleador que no tiene en cuenta el género? Cuando planteo esta pregunta a clientes de todo el mundo, las respuestas varían enormemente y no sólo, como cabría esperar, en función del género. He visto a mujeres directivas en EE.UU. decir que el cliente siempre tiene razón, pero sus colegas masculinos les discuten que hay que cumplir la política de la empresa independientemente de las consecuencias comerciales.

Dedico mucho tiempo a explicar el impacto de las diferentes actitudes ante las reuniones, los estilos de toma de decisiones, etc. en los negocios globales, y mi consejo habitual es adaptarse a las expectativas del cliente, ya que esto puede ayudarle a cumplir sus objetivos a tiempo y dentro del presupuesto. Nadie se opone a la idea de adaptarse a un estilo de reunión diferente, pero tolerar los prejuicios sexistas o el soborno es otra cosa.

Estas cuestiones son realmente complejas y no hay una respuesta sencilla para ellas. Sin embargo, creo firmemente que una empresa global debe abordar estas dificultades en lugar de esconderlas bajo la alfombra. Las organizaciones necesitan una política clara sobre todas estas cuestiones, que se comunique de forma eficaz, y también deben ser lo suficientemente fuertes como para aplicar esa política en todas las situaciones, por muy incómoda que pueda resultar desde el punto de vista comercial. No es justo decir "no pagamos sobornos" y luego castigar a un vendedor por perder un contrato porque competía con alguien que sí lo hacía. Parece extraño, pero ocurre.

Si desea hablar de cómo una mayor fluidez cultural puede ayudarle a desarrollar y aplicar políticas de cumplimiento global efectivas, póngase en contacto conmigo en keith@globalbusinessculture.com.

Sobre el autor

Cultura de los bufetes de abogados - Global Law Firm Training